El lobo y el mandala son dos símbolos distintos que encierran profundos significados en contextos diferentes. El lobo, conocido por su inteligencia, lealtad y fuertes vínculos sociales, representa los instintos primarios, la tutela y el delicado equilibrio entre independencia y comunidad. Simboliza los aspectos indómitos de la naturaleza y nos recuerda nuestra conexión con el mundo natural.